viernes, 14 de mayo de 2010

The legend of Sleepy Hollow

Sleepy Hollow es un tranqilo valle de América. En el hay un colegio con un solo profesor Ichabod Crane que solía contar historias de miedo sobre el jinete sin cabeza. Él también impartía clases de danza por la tarde, y estaba enamorado la mujer a la que todos amaban Katrina Van Tassel.

Un día Ichabod esta en el colegio con sus alumno y empezó a contales los orígenes del jinete sin cabeza. Les dijo que había un soldado montado en un caballo negro luchando en la guerra y al que le alcanzó en la cara una bala de cañón decapitándolo.
imagen de la portada del libro
También les contó otra historia del jinete sin cabeza en la que consigue que un soldado muera después de hacer que se caiga del caballo gopeándose contra una roca.

Después de esta historia tan terrible los niños están asustados y se van a sus casas.

Los extraterrestres no caben

En un lugar muy lejano, incluso más lejano que en los cuentos de hadas, que ya es decir, había un planeta el doble de grande que la Tierra llamado Dulcano. Este planeta tenía unas condiciones muy parecidas a la Tierra, de hecho, había vida. En este planeta había unos seres vivos muy parecidos a los humanos llamados dulcanianos.

Los dulcanianos estaban divididos en una democracia: la mayor autoridad era el jefe supremo o Hulamid que gobernaba todo Dulcano. Luego estaban los “presidentes” llamados rahemesz que lideraban las cuatro partes del del planeta divididas por el meridiano central y el paralelo central. Por último estaban los ciudadanos (nilps).

Pero en este planeta había un problema, que no había sitio para todos. Había veinte mil millones de habitantes, por ello tenían que tomar medidas.

-¡Mihnio!, tienes que buscar un planeta que se parezca al nuestro -le dice uno de los rahemesz al buscador de galaxias y planetas.
-Vale señor -dice este.

A la semana siguiente sale Mihnio corriendo del observatorio y cuando llega a su destino dice casi sin aliento: - señor ya he encontrado un planeta muy parecido al nuestro.
-¡Genial, buen trabajo! -exclama el presidente.
-Pero hay un problema, ya está habitado -dice Mihnio.